Cristóbal Vega Álvarez nació poeta y murió poeta. Yo, Jana la de la niebla (Ana Vega Burgos en el mundo real), su hija, siento que lo más íntimo que puedo hacer por él, para darle una alegría donde quiera que esté, es ir poniendo en este blog, poco a poco, los incontables poemas que fueron el sentido y la justificación de su vida, lo que le hizo vivir hasta los noventa y cuatro años con el alma llena de ilusiones.
Escribir era el estímulo que le impulsaba, la campana que repicaba sobre su corazón para hacerlo latir. Escribir lo salvó de la locura de más de veinte años en prisión, de la desesperanza de perder a su amada, mi madre, Antonia Burgos Béjar, "la escritora campesina" de Villafranca de Córdoba. También hablaré de ella en estas páginas e insertaré algunos escritos suyos; en fin, mi intención es que vuele en estas ondas su recuerdo hasta el fin de los tiempos, hasta que todos volvamos a encontrarnos, como ellos decían, tras la orilla infinita.

martes, 5 de julio de 2011


PRÓLOGO DE "CON ANDALUCÍA EN EL ALMA"

Cada hombre lleva su copla
como una flecha clavada
en mitad del corazón.
Cada hombre lleva su copla
y cantarla es lo mejor.

Todos un día tuvimos
sueños de Paz y de Amor.
Todos soñamos locuras
pues de locos
todos tenemos un poco,
y un poco de trovador.

Coger quisimos la luna
en nuestros años remotos,
pero nos contuvo el sol:
al correr tras de la luz
nos cegó su resplandor...

Todos ocultamos cosas
en nuestro mundo interior
que, poco a poco, el olvido
va deformando a su paso
hasta darnos la razón.

En este mundo de locos
cada cual lleva su copla
clavada en el corazón.
Cada cual lleva su copla
y cantarla es lo mejor...




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